“Vivimos en un Monopoly donde el que imprime el dinero se lo queda para comprar todos los inmuebles”

Recientemente, Warren Buffet adquirió 560 millones de dólares en acciones de Barrick Gold Corp., la segunda empresa minera de oro más grande del mundo. Ray Dalio, que es otro de los grandes actores en el mercado monetario, ya tiene el 20 % de su capital invertido en lingotes de oro.

Según analistas, con esta medida los inversores quieren diversificar el portfolio del fondo y cubrirse las espaldas ante el riesgo de inflación. “La inversión de Warren Buffet en oro sentó un precedente para este tipo de actividad institucional, haciendo que ahora muchos quieran invertir en oro”, sostiene Max Keiser.

“Ahora mismo hay una tarta de 100 billones de dólares en fondos gestionados para gente que tiene fondos que necesitan gestionarse, y menos de un 1 % del total está metido en oro. Estos fondos de pensiones han estado alejados de ese mercado porque no paga nada, pero ahora que los intereses se acercan a valores negativos, el genio de la lámpara de la inflación ha aparecido”, explica Max el interés hacia el metal precioso.

Con el tsunami de la inflación acercándose y la pérdida de posiciones del dólar estadounidense como moneda de reserva mundial, la apuesta por el oro va cobrando más fuerza. En ese sentido, el presentador destaca la política de la jefa del Banco Central de Rusia, Elvira Nabiúlina, que “se ha adelantado al resto y lleva años comprando toneladas y toneladas de oro”. “Ahora todo el mundo le hace coro”, concluye.

“Creo que estaremos ante una de estas dos opciones: que el oro alcance los 4.000 dólares o que se produzca un reinicio global respecto al dólar, como muchos predicen, igual que sucedió en Bretton Woods o en la década de 1930, cuando Estados Unidos reevaluó su oro en un 40 %”, vaticina Max.

El Monopoly del dólar estadounidense

Stacy Herbert, por su parte, indica que debido a la emisión de dinero de la Reserva Federal de EE.UU. se produjo la inflación del mercado de valores que hace que “los ricos sean cada vez más ricos”, y el dinero no circule. La presentadora compara la situación con el dólar con el juego Monopoly: “Ya sabemos lo que pasa cuando una sola persona posee todos los inmuebles del tablero: que también tiene todo el dinero, así que nadie más puede jugar porque ya no les queda dinero para moverse y se termina el juego. Eso es lo que está pasando”.

“Vivimos en un Monopoly donde la persona que imprime el dinero se lo queda para comprar todos los inmuebles”, resume Max.

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