Varias ONG suspenden sus actividades en Afganistán tras un veto talibán | A las Organizaciones no gubernamentales se les prohíbe dar empleo a mujeres

Varias ONG anunciaron este domingo la suspensión de sus programas en Afganistán después de que el régimen talibán emitiera este sábado una orden que prohíbe a las organizaciones no gubernamentales dar empleo a mujeres.

Los máximos responsables de Save the Children, CARE y el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC) emitieron un comunicado conjunto en el que subrayaron que no es posible alcanzar de forma efectiva a niños, mujeres y hombres en desesperada situación de necesidad en Afganistán sin su personal femenino. “Sin las mujeres que lideran nuestra respuesta, no habríamos logrado alcanzar a millones de afganos en situación de necesidad desde agosto de 2021″, destacó la nota difunda a los medios.

El Comité Internacional de Rescate (IRC) también anunció poco después que suspendía sus actividades en el país, subrayando que 3.000 de sus 8.000 empleados eran mujeres. “Si no estamos autorizados a emplear a mujeres, no estamos en capacidad de prestar servicios a quienes lo necesitan, dijo en un comunicado esta organización presente en Afganistán desde 1988.

“Más allá del impacto para el suministro de ayuda que salva vidas, esto afectará a miles de puestos de trabajo en medio de una enorme crisis económica“, agregaron las organizaciones, en referencia a la decisión de los talibanes. Por todo eso, las tres ONG decidieron suspender sus programas de asistencia en el país de forma temporal, a la espera de que se esclarezcan las consecuencias prácticas del anuncio de este sábado. “Suspendemos nuestros programas y exigimos que los hombres y las mujeres puedan continuar con nuestra asistencia que salva vidas en Afganistán en igualdad de condiciones”, remarcaron.

También la ONG danesa Dacaar (Comisión Danesa de Ayuda a los Refugiados Afganos) anunció este domingo que mantendría cerradas sus oficinas dos días en solidaridad con las mujeres afganas y para evaluar “hasta qué punto son serias” las intenciones del gobierno. La organización, que emplea a unas 500 mujeres afganas, un tercio de su plantilla en el país, decidirá en las próximas 24 horas sobre el futuro de su actividad en Afganistán, según un representante citado por la agencia danesa Ritzau.

El trabajo de las mujeres afganas, vulnerado

Activistas afganas denunciaron este domingo que la suspensión de empleo a las trabajadoras en organizaciones no gubernamentales (ONG) nacionales e internacionales impuesto este sábado por el gobierno de los talibanes cierra una de las fuentes de ingreso más importantes para las mujeres más vulnerables de Afganistán.

La decisión afectará a miles de familias que dependen de los ingresos que perciben las mujeres por su labor humanitaria en un país con una economía colapsada luego de la suspensión de los fondos de la comunidad internacional con la llegada al poder de los fundamentalistas en agosto de 2021.

“Como yo, miles de chicas y mujeres somos el principal sostén económico de nuestras familias. A las mujeres no se les permite trabajar en organizaciones gubernamentales y ahora están suspendidas de trabajar en ONG, por lo que no hay medios de subsistencia para que sobrevivamos”, alertó Meena Noorzai, trabajadora en un centro de llamadas de una ONG internacional, a la agencia de noticias EFE.

La activista indicó que cientos de ONG locales cuentan con el apoyo financiero de instituciones internacionales para empoderar a las mujeres en Afganistán, por lo que este veto supone además un retroceso en materia de derechos para las afganas. La orden también podría provocar que las ONG instaladas en Afganistán detengan sus operaciones y el país deje de percibir una ayuda económica imprescindible para brindar asistencia humanitaria a millones de familias en situación crítica.

“Hay miles de ONG nacionales e internacionales que están trabajando en Afganistán que se verán afectadas por esta medida y que gracias a su presencia se distribuyeron miles de millones de dólares de ayuda humanitaria en Afganistán”, señaló la activista social afgana Nahid Noori. “Las mujeres no pueden recibir una educación superior, las mujeres no pueden obtener un puesto de trabajo en el gobierno y las mujeres no pueden trabajar en las ONG, lo que significa que las mujeres solo pueden respirar”, remarcó Noori.

Una mujer afgana, de 27 años, contó bajo condición de anonimato que tenía que empezar a trabajar el domingo en una ONG internacional. “El arduo trabajo que he realizado en los últimos años en el campo de la educación se ha hecho añicos”, declaró a la agencia de noticias AFP.

Para Shabana, de 24 años, empleada de una ONG en Kabul, la situación también dio un vuelco. “Somos quince en mi familia y soy el único apoyo, si pierdo mi empleo, mi familia morirá de hambre”, dijo. “Mientras ustedes celebran la llegada del año nuevo, Afganistán se ha vuelto un infierno para las mujeres”

Una restricción más a la lista

El ministro de Economía afgano, Qari Din Mohammad Hanif, emitió este sábado una orden por la que solicita a todas las organizaciones no gubernamentales de carácter nacional e internacional que despidan a sus empleadas. Los talibanes justifican la medida con el argumento de que éstas incumplían las leyes de vestimenta propugnadas por su visión fundamentalista del islam.

Este nuevo veto a las mujeres, que se produce a los pocos días de suspender la educación universitaria femenina, se suma a una lista de restricciones impuestas desde la llegada al poder de los talibanes, entre las que se incluye la imposición del velo, la segregación por sexos o la obligación de ir acompañadas por un familiar masculino en trayectos largos.

Pese a que prometieron respetar los derechos humanos en un intento por recuperar los fondos de la comunidad internacional, la realidad de las mujeres afganas se asemeja cada vez más a la del primer régimen talibán de entre 1996 y 2001, cuando en base a una rígida interpretación del islam y su estricto código social conocido como pastunwali prohibieron la asistencia femenina a las escuelas y recluyeron a las mujeres en el hogar.

En respuesta a la condena internacional hacia las recientes medidas contra la libertad de las mujeres en el país, los talibanes advirtieron de que algunas de estas prohibiciones, como la de la educación universitaria femenina, son de carácter temporal y que su gobierno está “comprometido” con todos los derechos humanos, siempre y cuando cumplan con la ley islámica o sharía.

Repercusiones

Frente a esto, la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), condenó el domingo el veto educativo y su secretario general, Hissein Brahim Taha, llamó “enérgicamente” al régimen talibán a revisar su decisión, considerándola “contraria a los intereses del pueblo afgano”. 

Por su parte, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se mostró “profundamente preocupado de que la prohibición de los talibanes para que las mujeres entreguen ayuda humanitaria en Afganistán interrumpa la asistencia vital para millones” de personas. “Esta decisión podría ser devastadora para el pueblo afgano”, tuiteó el jefe de la diplomacia estadounidense.

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