Una huelga de policías de Migraciones sacude a los principales aeropuertos de Gran Bretaña | El primer ministro dijo estar triste y decepcionado

El personal de la policía de fronteras inició este viernes una huelga de ocho días en seis de los aeropuertos más grandes del Reino Unido para exigir aumentos salariales, lo que generó temores de interrupciones durante el período de vacaciones de Navidad.

Los miembros del sindicato de Servicios Públicos y Comerciales (PCS), empleados por el Ministerio del Interior, iniciaron el paro este viernes por la mañana en los aeropuertos londinenses de Heathrow y Gatwick; también en los de Birmingham, Cardiff, Glasgow, Manchester e igualmente en el puerto de Newhaven, al sur de Inglaterra. Por su parte, el aeropuerto de Heathrow aseguró que los controles se estaban realizando sin esperas inusuales en la madrugada gracias a la movilización de los militares y que ningún vuelo había sido cancelado.

La huelga se prolongará hasta fin de año, según las previsiones, con una suspensión el 27 de diciembre. Los huelguistas exigen aumentos salariales ya que la inflación en el Reino Unido alcanza casi el 11 por ciento.

El secretario general del sindicato PCS, Marck Serwotka, advirtió que habrá una escalada en los paros de funcionarios en enero si el gobierno se niega a negociar. “Creemos que las acciones en las fronteras van a ser muy eficaces. Esperamos que el gobierno haga lo que se debe, que se siente en la mesa de negociación y que ponga el dinero“, dijo al medio británico BBC y agregó que, de no ser así, apoyarían esta acción hasta mayo y volvería a hacer una nueva votación, en caso de ser necesario.

“Esta huelga de la policía de fronteras es parte de la del servicio público que represento. El salario promedio anual es de 23 mil libras. Unos 40 mil miembros del sindicato tienen que ir a los bancos de alimentos. Son trabajadores pobres“, dijo el sindicalista. “Pero la respuesta del gobierno a su personal es una oferta de aumento del 2 por ciento de los salarios”, denunció.

Protestas sociales

El país es golpeado por una ola de protestas sociales de una magnitud que no se había visto en décadas. El gobierno, sin embargo, se muestra inflexible frente a los reclamos de los huelguistas. Este viernes, el primer ministro, Rishi Sunak, dijo sentirse triste y decepcionado por la alteración de los viajes, particularmente en Navidad, que afrontan los pasajeros. “Cuando se trata de la difícil cuestión de establecer los salarios públicos, el Gobierno ha actuado de manera justa y razonable al aceptar todas las recomendaciones de los organismos de revisión de salarios del sector público”, agregó.

El Ejecutivo desplegó a personal militar y funcionarios de inmigración de otros departamentos para tratar de minimizar los efectos de la huelga en los aeropuertos afectados, los londinenses de Heathrow y Gatwick, así como los de Birmingham (centro de Inglaterra), Manchester (norte de Inglaterra), Cardiff (Gales) y Glasgow (Escocia).

Los aeródromos confían asimismo en que las puertas automáticas de control de pasaportes, que pueden utilizar los mayores de 12 años con pasaporte británico, de la Unión Europea (UE) y de países como Australia, Canadá y Estados Unidos, agilicen asimismo los trámites de llegada al Reino Unido. 

Un portavoz de Heathrow afirmó que los pasillos de inmigración fluyen con normalidad en el principal aeródromo británico. “Hay personal suficiente y las puertas automáticas están todas operando”, indicó ese portavoz, que alertó de que el peor de los escenarios que contempla son colas de hasta dos horas en los controles de llegadas.

El reclamo del personal de salud

Este martes y miércoles, el sector de la salud también se vio fuertemente impactado por una huelga de las enfermeras y del personal de las ambulancias. El sindicato británico Unison anunció este jueves que empleados de ambulancias en Inglaterra volverán a ir a la huelga el 11 y el 23 de enero, luego del paro que llevaron a cabo este pasado miércoles para demandar incrementos salariales.

Las huelgas convocadas el próximo mes afectarán durante 24 horas cada una a Londres y otras cuatro regiones sanitarias de Inglaterra, detalló el sindicato, que criticó el “repetido rechazo” del Gobierno a negociar mayores subidas de sueldo en el sistema sanitario público. “Esta disputa solo terminará si hay una negociación“, afirmó la secretaria general de Unison, Chrstina McAnea, que aseguró que el aumento de este año no fue suficiente para detener el éxodo de trabajadores del sistema público.

El Gobierno del primer ministro Rishi Sunak rechazó hasta ahora negociar con los empleados de ambulancias y los enfermeros incrementos salariales por encima de los recomendados por el órgano independiente dedicado a valorar la escala de sueldos sanitarios, que en julio estipuló subidas de entre el 4 por ciento y el 4,75 por ciento en el sector.

Los ferroviarios también reclaman

La semana pasada, gran parte de los servicios ferroviarios en el Reino Unido quedaron suspendidos por una nueva huelga de transporte. Empleados de 14 compañías de tren y el operador de vías Network Rail mantienen el pulso al Gobierno que iniciaron en junio para exigir mejoras salariales, luego de haber detenido ya gran parte de la red ferroviaria el martes y el miércoles de la pasada semana.

El secretario general del sindicato RMT, Mick Lynch, reclama una mejora de la oferta sobre la mesa para incrementar los salarios, aunque abrió la puerta a una eventual solución al asegurar, tras varios meses de disputa, que se pueda lograr un acuerdo. Los afiliados del sindicato rechazaron una oferta para incrementar los salarios un mínimo del 9 por ciento en dos años y convocaron paros para los próximos 3, 4, 6 y 7 de enero.

También se unieron al reclamo cerca de 400 porteadores de equipajes de la empresa Menzies en el aeropuerto londinense de Heathrow, el principal del país. Al mismo tiempo, numerosas líneas de autobús del sur y el oeste de Londres se vieron afectadas durante el viernes de la semana pasado por el paro convocado por trabajadores de la empresa Abellio, una de las firmas subcontratadas por el ayuntamiento de la capital británica para operar autobuses urbanos.

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