Lula llamó ‘desequilibrado’ y ‘genocida’ a Bolsonaro pero garantizó que no habrá ‘persecución’

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, consideró este jueves un “desequilibrado” a su antecesor, Jair Bolsonaro, pero dejó claro que no habrá una persecución sistemática contra él.

Para Lula, Bolsonaro sufre un “desequilibrio mental”.

“Es un genocida que después de perder las elecciones se encerró en su casa” y dejó de gobernar, advirtió el mandatario, que asumió la jefatura del Estado el 1 de este mes después de derrotar al entonces candidato del PL.

Por otro lado, Lula destacó que “esta es la primera vez en la historia de Brasil que un presidente electo comienza a gobernar antes” de asumir, en referencia a una serie de negociaciones que encaró con el parlamento en diciembre para modificar el presupuesto de 2023.

A pesar de sus ataques a Bolsonaro, Lula aseguró que su gobierno no realizará una persecución sistemática “contra nadie”.

“No voy a hacer eso durante mi mandato; mi mandato es diferente; no voy a estar peleando con Bolsonaro, porque mi mandato es para pelear contra el hambre, no quiero dar la idea de que hay una persecución”, concluyó el presidente, según la agencia de noticias ANSA.

Un grupo de 46 congresistas demócratas pidió este jueves al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que revoque la visa del exmandatario de Brasil Jair Bolsonaro, ante la presunción de que pudo haber instigado el violento asalto que simpatizantes suyos perpetraron el domingo pasado contra las sedes de los tres poderes de su país.

El grupo exhortó a “investigar cualquier acción tomada en suelo estadounidense para ayudar a la insurrección y a revocar cualquier visa estadounidense” que tenga Bolsonaro, informaron los parlamentarios en un comunicado.

El exgobernante viajó a Estados Unidos poco antes de la investidura el 1 de enero de su sucesor, Luiz Inácio Lula da Silva, y se supone que seguía hoy en Orlando, donde estuvo hospitalizado por problemas intestinales antes de ser dado de alta el martes.

Al ingresar a Estados Unidos en calidad de presidente, es posible que haya utilizado una visa A-1, reservada a personas en visitas diplomáticas u oficiales. 

“Como ya no es el presidente de Brasil ni ejerce actualmente como funcionario brasileño, le solicitamos que vuelva a evaluar su estatus en el país para determinar si existe una base legal para su estadía y revocar cualquier visa diplomática que pueda tener”, alegaron los congresistas.

“No debemos permitir que Bolsonaro ni ningún otro exfuncionario brasileño se refugie en Estados Unidos para escapar de la justicia por cualquier delito que hayan cometido durante su mandato, y debemos cooperar plenamente con cualquier investigación del gobierno brasileño sobre sus acciones, si se solicitan”, escribieron.

En este sentido, pidieron además al Departamento de Justicia y a otras agencias federales que responsabilicen a cualquiera con sede en Florida “que pueda haber financiado o apoyado” la violencia del domingo pasado. 

Ese día, manifestantes irrumpieron violentamente en el Congreso, el palacio presidencial y la sede de la corte suprema, donde reclamaron la restitución de Bolsonaro mediante un golpe de estado militar antes de causar numerosos destrozos.

Biden brindó su apoyo “inquebrantable” a la democracia brasileña durante una llamada telefónica con Lula, a quien invitó a la Casa Blanca en febrero.

El miércoles, el secretario de Estado, Antony Blinken, dijo que Estados Unidos no había recibido ninguna solicitud de Brasil relacionada con una eventual extradición, pero que respondeía “rápidamente” si la recibe.

Hasta este jueves, Bolsonaro no estaba imputado ni procesado en Brasil por los incidentes del domingo.

“Con respecto a las personas, ahora estamos hablando de personas que son ciudadanos privados” y “no es apropiado que hagamos comentarios sobre el estado de la visa de nadie”, agregó Blinken.

Estados Unidos vivió escenas similares a las del domingo en Brasil cuando partidarios del entonces presidente Donald Trump asaltaron el Capitolio en enero de 2021 para intentar impedir la validación de la victoria electoral de Biden, en un episodio sin precedentes.

En la misiva, los congresistas acusan a Bolsonaro de haber amenazado a las instituciones democráticas durante su mandato y de haber promovido la idea de que el sistema de votación electrónico era fraudulento, consignó la agencia de noticias AFP.

“Su difusión de desinformación, su negativa a llamar a sus partidarios para que aceptaran los resultados de las elecciones y sus llamados activos a movilizarse contra las instituciones democráticas incitaron a miles de manifestantes a asaltar edificios gubernamentales y a participar en los actos violentos”, concluyeron.

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