Jose Luis Espert: “Vidal es peor que Macri, es la Evita amarilla”

“Si vamos a tener déficit, que creo que no hay que tenerlo, prefiero inflación a deuda”, afirma el economista y candidato presidencial.
José Luis Espert es candidato a presidente en un espacio de liberales y libertarios. Su alianza con el partido del nacionalista Alberto Assef (UNIR), le valió la escandalosa ruptura del economista Javier Milei, aunque confía en que en última instancia logrará volver a tener su apoyo.
Reivindica la convertibilidad como mecanismo de estabilización de la economía y asegura que, entre inflación y deuda, prefiere que el déficit se financie con inflación. Por eso, lanza duras críticas a Mauricio Macri y dice que, junto con Cristina Kirchner, son parte de la “vieja política”. Este último sábado presentó su libro en La Rural, en una sala repleta de jóvenes.
¿Por qué cree que lo acompañó tanta gente en la Feria del Libro?
La rebeldía hoy de los jóvenes se canaliza en llamarse liberales. Me parece que pasa por ahí. La rebeldía cuando yo era joven hace 40 años, a mis 17, era el socialismo, el intervencionismo estatal. Ahora, casi medio siglo después, la rebeldía es la antítesis de lo que era en mi adolescencia.
Dicen que tiene un “voto joven”, que el apoyo mayoritario lo recibe de menores de 30.
Sí. Nosotros hicimos una gira por las provincias del norte presentando el libro y ahí casi el 70% de los asistentes eran jóvenes -de promedio 20 años, algunos de 14-, pero le diría que el piso está en 17 y el techo en 25. El 60% del auditorio era eso, así que es cierto: tenemos un voto joven importante. Y las encuestas nos han dicho que también hay un voto muy muy fuerte en favor de las ideas liberales y del sentido común.
economista y candidato presidencial.
“Vidal es peor que Macri, es la Evita amarilla”
LPOMarcelo Arias
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Por Lucía Aisicoff y Marcia Dell’Oca
12/05/2019
José Luis Espert es candidato a presidente en un espacio de liberales y libertarios. Su alianza con el partido del nacionalista Alberto Assef (UNIR), le valió la escandalosa ruptura del economista Javier Milei, aunque confía en que en última instancia logrará volver a tener su apoyo.
Reivindica la convertibilidad como mecanismo de estabilización de la economía y asegura que, entre inflación y deuda, prefiere que el déficit se financie con inflación. Por eso, lanza duras críticas a Mauricio Macri y dice que, junto con Cristina Kirchner, son parte de la “vieja política”. Este último sábado presentó su libro en La Rural, en una sala repleta de jóvenes.
¿Por qué cree que lo acompañó tanta gente en la Feria del Libro?
La rebeldía hoy de los jóvenes se canaliza en llamarse liberales. Me parece que pasa por ahí. La rebeldía cuando yo era joven hace 40 años, a mis 17, era el socialismo, el intervencionismo estatal. Ahora, casi medio siglo después, la rebeldía es la antítesis de lo que era en mi adolescencia.
Dicen que tiene un “voto joven”, que el apoyo mayoritario lo recibe de menores de 30.
Sí. Nosotros hicimos una gira por las provincias del norte presentando el libro y ahí casi el 70% de los asistentes eran jóvenes -de promedio 20 años, algunos de 14-, pero le diría que el piso está en 17 y el techo en 25. El 60% del auditorio era eso, así que es cierto: tenemos un voto joven importante. Y las encuestas nos han dicho que también hay un voto muy muy fuerte en favor de las ideas liberales y del sentido común.
¿Cuánto mide según sus encuestas? Raúl Aragón lo ubica en un 6%.
Si hago un promedio de las tres encuestas que hemos hecho estamos entre 6 y 8%, diría un promedio de 7%. Alguna va hasta 10% en un escenario muy particular, pero digamos que es 7%, lo cual nos pone muy contentos porque empezamos hace nada, unos meses.
En el armado de su candidatura, un grupo de personas de su espacio se fueron, como Javier Milei, porque se enojaron con la asociación con UNIR. ¿Cómo fue?
Yo no diría que están afuera, diría que dan apoyo a las ideas que defendemos desde un lugar diferente al nuestro que es de más reactivismo. Creo que ellos de a poco van a ir volviendo. No los veo votando al kirchnerismo ni al macrismo en la elección, que es lo que nos importa después de todo.
En la presentación de su libro hizo un par de declaraciones polémicas.
¿Polémicas? Yo no creo que sean polémicas.
Por ejemplo se refirió a las políticas de Derechos Humanos como “un curro”.
Sí, me parece que Sueños Compartidos es un curro. A eso me refería en particular, me parece que eso ha sido un curro, un robo, un delito ¿qué fue eso? Nos robaron la plata a todos nosotros.
¿Qué otras políticas recortaría si llega a la presidencia?
¿De gastos? ¡Pufff! ¡Un montón! Por ejemplo, cosas que me van surgiendo: el propio presidente Macri dijo que hay en la Biblioteca del Congreso había 2.800 personas, con lo cual sobraban la mitad por lo menos. Bueno, hay que despedir a la mitad de los empleados del Congreso, hay que volver al número de ministerios que teníamos con Cristina, como máximo. Macri duplicó los ministerios.
¿Cuáles sacaría?
El de Modernización, por ejemplo, no tiene sentido. Pero cuidado: lo que hay que hacer es transformar el empleo público en empleo privado. Porque lo que nosotros pretendemos, como diagnóstico, es cortar con la decadencia del país, no achicar el Estado en sí mismo. Argentina tiene que tener una economía dedicada a exportar al mundo. Y no hay otra forma de hacerlo que no sea abrir la economía, el comercio. ¿Qué tiene que ver exportarle al mundo con importar? Si uno no importa, difícilmente exporte. No por la represalia, sino porque si garantiza mucha rentabilidad en aquel que se dedica a competir con importaciones no va a invertir nunca en exportar. Entonces acá hay que exportar, abrir la economía, y para no morir en el intento hay que hacer dos reformas importantes y luego devaluar.
¿Qué reformas?
Hay que reducir impuestos y costos laborales. Para reducir impuestos, en esta situación fiscal tan delicada, hay que bajar el gasto. La baja de gasto es para poder bajar impuestos y para que la apertura del comercio no signifique lo que ya significó antes como con Martínez de Hoz y Menem. La economía tiene que crecer, entonces lo que uno hace es reconvertir empleo público en privado. Para eso necesitamos la colaboración de las provincias… pero a nivel nacional: Biblioteca Nacional, ministerios, secretarías. Junto con las provincias hay unos 10 puntos del PBI -de manera gradual, a lo largo de uno o dos períodos presidenciales- para bajar ahí. Pero la baja de gasto público es crítica para poder bajar impuestos y para que la apertura del comercio ni signifique lo que ya significó en el pasado.
El Gobierno acaba de anunciar una suba de aranceles para las importaciones…
Venimos sosteniendo que en lo profundo, Macri es igual a Cristina. No en vano han terminado haciendo medidas típicamente kirchneristas como ésta, que se suma al control de precios, retenciones a las exportaciones, Precios Cuidados, Ahora 12… Esto significa que no hay grieta entre Macri y Cristina. La grieta es entre la vieja política -Macri, Cristina y todos los que están conversando los 10 puntos del Gobierno- y nosotros, que venimos del sector privado a defender al trabajador, al emprendedor, al comerciante, al estudiante.
El Gobierno habla de este decálogo de los 10 puntos y convoca a los principales candidatos a la presidencia, incluida Cristina. ¿A usted lo llamaron?
No.
¿Iría si Macri lo llama?
Sí, por supuesto. Después de cuatro años de gobierno y después de decir que los que no opinamos como ellos éramos plateístas, que nos íbamos a desgarrar si hacían lo que nosotros decíamos, al final se desgarraron ellos… Por lo tanto ahora ya no es momento de un decálogo de buenas intenciones como el que presentaron. Acá se necesitan medidas concretas de política económica, para poder discutir desde un lugar sólido. Lo de los 10 puntos ya no es viable. Nos tienen que decir en concreto qué es lo que quieren hacer.
economista y candidato presidencial.
“Vidal es peor que Macri, es la Evita amarilla”
LPOMarcelo Arias
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Por Lucía Aisicoff y Marcia Dell’Oca
12/05/2019
José Luis Espert es candidato a presidente en un espacio de liberales y libertarios. Su alianza con el partido del nacionalista Alberto Assef (UNIR), le valió la escandalosa ruptura del economista Javier Milei, aunque confía en que en última instancia logrará volver a tener su apoyo.
Reivindica la convertibilidad como mecanismo de estabilización de la economía y asegura que, entre inflación y deuda, prefiere que el déficit se financie con inflación. Por eso, lanza duras críticas a Mauricio Macri y dice que, junto con Cristina Kirchner, son parte de la “vieja política”. Este último sábado presentó su libro en La Rural, en una sala repleta de jóvenes.
¿Por qué cree que lo acompañó tanta gente en la Feria del Libro?
La rebeldía hoy de los jóvenes se canaliza en llamarse liberales. Me parece que pasa por ahí. La rebeldía cuando yo era joven hace 40 años, a mis 17, era el socialismo, el intervencionismo estatal. Ahora, casi medio siglo después, la rebeldía es la antítesis de lo que era en mi adolescencia.
Dicen que tiene un “voto joven”, que el apoyo mayoritario lo recibe de menores de 30.
Sí. Nosotros hicimos una gira por las provincias del norte presentando el libro y ahí casi el 70% de los asistentes eran jóvenes -de promedio 20 años, algunos de 14-, pero le diría que el piso está en 17 y el techo en 25. El 60% del auditorio era eso, así que es cierto: tenemos un voto joven importante. Y las encuestas nos han dicho que también hay un voto muy muy fuerte en favor de las ideas liberales y del sentido común.
¿Cuánto mide según sus encuestas? Raúl Aragón lo ubica en un 6%.
Si hago un promedio de las tres encuestas que hemos hecho estamos entre 6 y 8%, diría un promedio de 7%. Alguna va hasta 10% en un escenario muy particular, pero digamos que es 7%, lo cual nos pone muy contentos porque empezamos hace nada, unos meses.
En el armado de su candidatura, un grupo de personas de su espacio se fueron, como Javier Milei, porque se enojaron con la asociación con UNIR. ¿Cómo fue?
Yo no diría que están afuera, diría que dan apoyo a las ideas que defendemos desde un lugar diferente al nuestro que es de más reactivismo. Creo que ellos de a poco van a ir volviendo. No los veo votando al kirchnerismo ni al macrismo en la elección, que es lo que nos importa después de todo.
En la presentación de su libro hizo un par de declaraciones polémicas.
¿Polémicas? Yo no creo que sean polémicas.
Por ejemplo se refirió a las políticas de Derechos Humanos como “un curro”.
Sí, me parece que Sueños Compartidos es un curro. A eso me refería en particular, me parece que eso ha sido un curro, un robo, un delito ¿qué fue eso? Nos robaron la plata a todos nosotros.
¿Qué otras políticas recortaría si llega a la presidencia?
¿De gastos? ¡Pufff! ¡Un montón! Por ejemplo, cosas que me van surgiendo: el propio presidente Macri dijo que hay en la Biblioteca del Congreso había 2.800 personas, con lo cual sobraban la mitad por lo menos. Bueno, hay que despedir a la mitad de los empleados del Congreso, hay que volver al número de ministerios que teníamos con Cristina, como máximo. Macri duplicó los ministerios.
Acá hay que exportar, abrir la economía, y para no morir en el intento hay que hacer dos reformas importantes y luego devaluar. Las reformas son reducir impuestos y costos laborales.
¿Cuáles sacaría?
El de Modernización, por ejemplo, no tiene sentido. Pero cuidado: lo que hay que hacer es transformar el empleo público en empleo privado. Porque lo que nosotros pretendemos, como diagnóstico, es cortar con la decadencia del país, no achicar el Estado en sí mismo. Argentina tiene que tener una economía dedicada a exportar al mundo. Y no hay otra forma de hacerlo que no sea abrir la economía, el comercio. ¿Qué tiene que ver exportarle al mundo con importar? Si uno no importa, difícilmente exporte. No por la represalia, sino porque si garantiza mucha rentabilidad en aquel que se dedica a competir con importaciones no va a invertir nunca en exportar. Entonces acá hay que exportar, abrir la economía, y para no morir en el intento hay que hacer dos reformas importantes y luego devaluar.
¿Qué reformas?
Hay que reducir impuestos y costos laborales. Para reducir impuestos, en esta situación fiscal tan delicada, hay que bajar el gasto. La baja de gasto es para poder bajar impuestos y para que la apertura del comercio no signifique lo que ya significó antes como con Martínez de Hoz y Menem. La economía tiene que crecer, entonces lo que uno hace es reconvertir empleo público en privado. Para eso necesitamos la colaboración de las provincias… pero a nivel nacional: Biblioteca Nacional, ministerios, secretarías. Junto con las provincias hay unos 10 puntos del PBI -de manera gradual, a lo largo de uno o dos períodos presidenciales- para bajar ahí. Pero la baja de gasto público es crítica para poder bajar impuestos y para que la apertura del comercio ni signifique lo que ya significó en el pasado.
El Gobierno acaba de anunciar una suba de aranceles para las importaciones…
Venimos sosteniendo que en lo profundo, Macri es igual a Cristina. No en vano han terminado haciendo medidas típicamente kirchneristas como ésta, que se suma al control de precios, retenciones a las exportaciones, Precios Cuidados, Ahora 12… Esto significa que no hay grieta entre Macri y Cristina. La grieta es entre la vieja política -Macri, Cristina y todos los que están conversando los 10 puntos del Gobierno- y nosotros, que venimos del sector privado a defender al trabajador, al emprendedor, al comerciante, al estudiante.
El Gobierno habla de este decálogo de los 10 puntos y convoca a los principales candidatos a la presidencia, incluida Cristina. ¿A usted lo llamaron?
No.
¿Iría si Macri lo llama?
Sí, por supuesto. Después de cuatro años de gobierno y después de decir que los que no opinamos como ellos éramos plateístas, que nos íbamos a desgarrar si hacían lo que nosotros decíamos, al final se desgarraron ellos… Por lo tanto ahora ya no es momento de un decálogo de buenas intenciones como el que presentaron. Acá se necesitan medidas concretas de política económica, para poder discutir desde un lugar sólido. Lo de los 10 puntos ya no es viable. Nos tienen que decir en concreto qué es lo que quieren hacer.
Ahora ya no es momento de un decálogo de buenas intenciones como el que presentaron. Acá se necesitan medidas concretas de política económica, para poder discutir desde un lugar sólido. Lo de los 10 puntos ya no es viable.
¿Y qué deberían hacer?
Por ejemplo, la antítesis de esta suba de aranceles que ahora anunciaron en el Boletín Oficial. Eso es lo contrario a lo que mencionan en el decálogo: ellos hablan de prosperidad y crecimiento sostenido, pero nunca lo van a tener cerrando la economía al comercio. El gobierno se acaba de contradecir, 24 horas después del decálogo. Eso también demuestra algo que también decimos: en las últimas dos semanas hubo un movimiento muy claro del gobierno, que fue tomar medidas típicamente kirchneristas para morder esos votos y al mismo tiempo meter al peronismo no K adentro del barco. Fue un manotazo de ahogado.
¿Cree que es una estrategia para morder votos o que realmente no encuentran el rumbo?
Ven que van para abajo, para atrás, entonces hacen un doble movimiento: subir al barco al peronismo no K y -como es difícil subir a ese barco a Cristina- adoptan medidas kirchneristas para agarrar algunos votos suyos. Es una movida muy electoral, de corto plazo.
Hablando del decálogo, se dio un contrapunto interesante entre la propuesta de “independencia del Banco Central” -así escrita en el decálogo- y Lavagna que salió a decir “independencia no, autonomía sí”. Según Lavagna un banco central no puede con su política monetaria marcarle la cancha al gobierno rigiendo la política económica. ¿Usted dónde se para en el debate sobre el Banco Central?
Por fuera de la política tradicional. El gobierno de Macri y Lavagna son la vieja política. Cacarear independencia del banco central con un agujero fiscal como el que tiene Argentina es mentirle en la cara a la gente. Aunque digan que es independiente, lo pongan como escrito, con un agujero fiscal así esa independencia sabemos que no existe.
¿Y usted qué haría?
Algo más consistente. Si vamos a tener déficit, que creo que no hay que tenerlo, prefiero inflación a deuda. Porque Argentina cada vez que emitió deuda terminó en la peor crisis de la historia. Yo prefiero una tasa estable e impuesto inflacionario, a deuda. Eso si es que vamos a tener déficit. Yo prefiero no tenerlo, por supuesto.

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