Buscan poner en agenda las ‘terapias de reorientación sexual’, ya que ‘no son cosa del pasado’

La obra teatral Reconversos
La obra teatral “Reconversos”.

Aunque parecen algo del pasado, las terapias de reorientación sexual que la ONU asemeja a una forma de tortura siguen existiendo en la Argentina y desde el activismo LGBTIQ+ se busca visibilizar esta situación de diferentes maneras, incluyendo una obra de teatro en cartel, la presentación de denuncias y un proyecto de ley para prohibirlas.

“Hoy que lo veo de lejos parece absurdo, pero en ese momento yo sufría muchísimo (por estas prácticas)”, contó a Télam Alberto, un sanjuanino gay de 52 años que en dos oportunidades a lo largo de su vida se topó con psicólogos que intentaron usar el espacio de las sesiones para hacerle creer que su orientación sexual era patológica y después intentar “curarlo”.

Alberto llegó incluso a intentar suicidarse como consecuencia de una de estas experiencias, producto de “una crisis muy grande” que sobrevino a partir de exigencias que no podía cumplir y que lo llevaron a una doble vida.

“A veces me pongo a pensar y no puedo creer cuántos años perdí. Cuando miro fotos mías de aquella época, me veo con ojos tristes. Liberarme fue como sacarme un bloque de hormigón de encima. Hoy amo quien yo siento y con quien soy feliz”, agregó.

¿Qué son las terapias de reorientación sexual o Ecosig?

Las terapias de reorientación sexual son prácticas con la que se intenta algo imposible y violatorio de diferentes derechos, como es cambiar la orientación sexual, identidad o expresión de género de una persona. También se las conoce como “Ecosig”, las siglas de “Esfuerzos para corregir la orientación sexual y la identidad de género”.

Las metodologías son muy diversas, desde inducción de algunas conductas con censura de otras, expulsión del hogar, violencia económica, coacción, medicalización, y agresiones verbales; hasta violaciones correctivas, golpes, electrocuciones, cirugías, encarcelamiento o embarazo forzado.

Las consecuencias son fáciles de imaginar: suicidios o pensamientos suicidas, depresión, ansiedad, vergüenza, culpabilidad, autoaversión, daños físicos irreparables y problemas para vincularse sexoafectivamente.

Telam SE

Movimiento “ex gay”

Aunque la OMS dejó de considerar a la homosexualidad como enfermedad en 1990 y en 2019 quitó a la transexualidad y el travestismo de la lista de padecimientos mentales, los Ecosig se practican en al menos 68 países, según el Consejo Internacional para la Rehabilitación de las Víctimas de la Tortura.

Una de las formas de las Ecosig es el movimiento “ex gay” y su organización global más grande y representativa, Exodus Internacional, que se autodisolvió en 2013 con un pedido de disculpas por parte de sus directivos por los daños ocasionados durante 37 años, como puede verse en el documental de Netflix “Pride Away”.

Las terapias de reorientación sexual en Argentina

En Argentina no hay estadísticas, pero en los últimos años comenzaron a emerger decenas de testimonios sobre experiencias que se remontan a 30 o 20 años atrás, pero también las hay de 2019, a casi una década de que se sancionara la ley de matrimonio igualitario y cuando la ley de identidad de género tenía ya siete años.

“En nuestro país ha ocurrido y sigue ocurriendo, pero si se ve como algo del pasado se debe al silencio cómplice, la invisibilización, los vacíos legales y la falta de datos”, dijo a Télam Pedro Paradiso Sottile, presidente de la Fundación Igualdad

En general, en Argentina no se reportan metodologías cruentas, sino persuasión coercitiva desplegada en espacios religiosos o psicoterapéuticos o en campamentos de varios días coorganizados por organizaciones internacionales.

Prohibición penal de las Ecosig

Por otro lado, en su informe 2020 ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el experto independiente sobre temática LGBTIQ+ Víctor Madrigal recomendó a los estados miembros adoptar medidas de interdicción que incluyan “un sistema de sanciones” y otro de “supervisión, apoyo y denuncia”.

Actualmente, seis países sancionaron leyes para la prohibición penal de las Ecosig (Grecia, Francia, Canadá, Alemania, Malta, Ecuador y Taiwán), mientras en otros la interdicción rige solo en algunos estados y en otros se aplica a los profesionales de la salud, sin consecuencias penales.

En Argentina, las terapias de reorientación sexual están prohibidas por la ley 26.657, que establece que “en ningún caso puede hacerse diagnóstico en el campo de la salud mental sobre la base exclusiva de elección o identidad sexual”.

“Es insuficiente porque no contempla a todos los proveedores de las ‘terapias de reconversión’ que pueden ser no solo profesionales de la salud mental sino terapeutas de cualquier tipo, consejeros, trabajadores sociales, religiosos, hipnotizadores, y cualquier persona que se dedique a esto”, dijo Paradiso cuya organización elaboró un anteproyecto de ley que será presentado el año próximo.

Esa propuesta busca que la ley sea “lo más amplia y completa posible para que Argentina pueda continuar estando a la vanguardia” en materia de derechos de la diversidad sexual.

El anteproyecto plantea los Ecosig como delitos imprescriptibles con “pena de multa y de 1 a 6 años prisión”, cuyas víctimas tienen derechos a “medidas de reparación”.

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“Reconversos”: una obra sobre terapias de reconversión

Por otro lado, desde abril se está exhibiendo en Buenos Aires la obra teatral “Reconversos” con auspicio de la Fundación Igualdad, después de una exitosa gira por Colombia, España, Dinamarca, Puerto Rico y Estados Unidos, donde se presentó en alianza con organizaciones LGBTIQ+ locales y en el marco de campañas por la aprobación de leyes prohibitivas.

“Generó mucha sorpresa la temática de la obra y muchas veces nos preguntan ‘¿siguen pasando esto acá?’. Pero cuando la ven, la reacción es super positiva y se sienten agradecidos de tener un espacio para reflexionar sobre estas cosas que todavía son un super tabú”, dijo a Télam el actor y activista Cristian Mariani.

Su partenaire en la obra, Paul Caballero, destacó la importancia de poner el tema en agenda ante “la avanzada conservadora” a nivel mundial, con “una agenda muy definida, muy nítida y muy compartida”.

“Las terapias de reconversión no funcionan y lo único que hacen es entrenarte para reprimir una parte de tu personalidad diciendo que es mala, que es vergonzosa, humillante y despreciable. Entonces vos estás conviviendo todo el tiempo con la sensación de que eso que sentís es horrible, lo que te convierte en la persona triste, agobiada, angustiada y perseguida”, dijo Caballero.

Del 13 al 27 de noviembre podrá verse todos los domingos a las 20:30 en el Teatro El Ojo de Perón 2115.

La obra teatral Reconversos cuenta con el auspicio de la Fundacin Igualdad
La obra teatral “Reconversos” cuenta con el auspicio de la Fundación Igualdad.

“Campamentos cristianos de cura gay”: las terapias de reorientación sexual en primera persona

“Campamentos cristianos de cura gay”, sesiones de psicoterapia en un bar para propiciar el contacto supervisado con el sexo opuesto o mirar revistas con mujeres desnudas para “inocular” el gusto por ellas son algunas de las experiencias por las que atravesaron sobrevivientes de terapias de reorientación sexual entrevistados por Télam.

“En 2005, cuando yo tenía 18 años participaba como católico de un grupo ecuménico donde un compañero evangelista me contó que estaba yendo a un psicólogo cristiano y como yo quería empezar terapia porque estaba confundido respecto a qué hacer cuando terminara el secundario, me pareció que fuera uno que compartiera mi fe”, dijo a Télam el santafesino Gastón Onetto (35).

Pero el futuro vocacional de Onetto fue tema las dos primeras sesiones hasta que el joven contó que había comenzado a salir con otro chico. “Fue como si le hubiera dicho que había visto el diablo, por la cara de espanto que puso”, recordó.

“No empezó a desplegar enseguida todo el discurso (patologizador), sino que se tomó seis meses para construirme un problema que él denominó ‘quebrantamiento de género’. Esto te lo puedo contar ahora después de revisar y revisarme, y con todos mis conocimientos de ahora”, contó Onetto que es actor, performer y psicólogo.

“Nunca antes me había encontrado con alguien -que encima era profesional de la salud mental-, que me dijera que la homosexualidad era una enfermedad. Si bien sabía que moralmente no era bien vista o aceptado por la Iglesia, yo me lo estaba permitiendo”, señaló.

Onetto dijo que en esos casos “aluden principalmente como problema a la falta de un padre, -ausencia real o imaginaria-, madre entrometida y el abuso. Es una mezcolanza, muy contradictorio, un atentado a la inteligencia pero a mí me terminaron atrapando”.

“El tratamiento propiamente dicho estaba basado en evitar el estilo de vida gay: abstenerse de tener amigos gays y de habitar espacios como boliches LGBT+ o saunas; no relacionarte con personas que consideraran que estaba bien la homosexualidad; evitar cierta ropa, música, lectura y programas de TV”, agregó.

Gastn Onetto psiclogo y sobreviviente de terapia de reconversin Foto Cetraro Luis
Gastón Onetto, psicólogo y sobreviviente de terapia de reconversión / Foto: Cetraro Luis.

El momento crítico sobrevino cuando, a instancias de su psicólogo cristiano, asistió a un “campamento de cura gay” de 10 días. “Participamos como 200 personas de diferentes lugares de Latinoamérica, la mayoría adultos jóvenes de entre 20 y 30 años”, evocó.

“El campamento buscaba formar nuevos líderes y básicamente había charlas, oraciones, prédicas y testimonios de exgays. No podías pasarte los teléfonos ni hablar con nadie de manera individual, pero imaginate cientos de maricas, tortas, tratando de no hablarnos, era bizarrísimo y hermoso a la vez, porque sucedía igual, y esas fugas me mostraron que no era posible sostener la doble vida que algunas personas llevaban décadas sosteniendo”, dijo.

El joven explicó que el encuentro era coorganizado por la desaparecida Exodus Internacional y el programa Living Water de la iglesia evangélica Manantial en el Desierto junto “a una organización que existe hace 40 años en Córdoba que es el Ministerio de la Restauración”.

Onetto se sintió interpelado por el testimonio de una persona de 65 años con nietos que tituló su presentación “Había una vez un homosexual” pero que durante su alocución contó que “seguía luchando con la tendencia” como el primer día, como hacen las personas con adicciones.

“Eso me abrió los ojos y dije ‘no quiero vivir así'”, contó y a su regreso ya no fue el mismo.

Cuando le planteó a su psicólogo que ya no iba a seguir con la terapia, el terapeuta no se dio por vencido. “Me dijo ‘Gastón es tu salvación eterna, lo que está en juego; además, vos estudias psicología, ¿cómo un ciego va a guiar otro ciego?'”.

“No volví más, pero 10 años después me encontré en el hotel donde hice el campamento y comencé a elaborar lo traumático que me había pasado. Ya siendo psicólogo, comencé a crear un personaje para poner palabras lo que me había pasado y denunciar las terapias a través del teatro”, contó sobre su obra “La Cura” que se exhibió en la sala Estudio Barnó de la ciudad de Santa Fe.

Foto Cetraro Luis
Foto: Cetraro Luis.

Primera denuncia contra un terapeuta en Argentina

A principios de este año, el psicólogo gay santafesino presentó la primera denuncia a un colegio de profesionales en Argentina, contra el terapeuta que lo había sometido a este tipo de prácticas a sus 18 años.

Onetto contó que cuando en 2019 conoció a un joven a quien habían invitado a un campamento, sintió que debía hacer algo: “Decidí denunciar al que fue mi terapeuta”.

Fue la primera vez que una entidad de este tipo recibía una denuncia por esta causa.

Y si bien el denunciado no fue sancionado por encontrar el tribunal de ética que los hechos ya estaban prescriptos, el Colegio de Psicólogos de Santa Fe emitió un pronunciamiento público para “manifestar repudio” a los Ecosig por considerarlos equiparables “con métodos de tortura”, dado que “se constituyen en prácticas deshumanizantes y atentan contra la salud, la autonomía, la dignidad e integridad”.

“Hay un montón de víctimas y si nadie denuncia es porque implica romper muchas lealtades, en primer lugar con la familia que te llevó, luego con la comunidad religiosa que era parte de tu identidad pero que en algún momento te planteó algo muy perverso, como es una incongruencia entre esa identidad y tu sexualidad siendo las terapias de conversión una posibilidad de recuperar la congruencia, pero a costa de subordinar un derecho sobre otro”, dijo Gastón Onetto.

“Hay un montón de víctimas y si nadie denuncia es porque implica romper muchas lealtades, en primer lugar con la familia que te llevó, luego con la comunidad religiosa que era parte de tu identidad pero que en algún momento te planteó algo muy perverso”Gastón Onetto, sobreviviente de las terapias de conversión

“Como profesional de la salud, esta experiencia personal me puso en sobreaviso sobre mis propias prácticas, de lo nocivo que puede ser el ámbito médico, y la importancia de acompañar a las disidencias que vienen dañadas por las prácticas más diversas, porque las Ecosig son la forma más organizada pero luego tenés profesionales que son homo o transodiantes por su propio marco moral y realizan intervenciones con ese sesgo”, finalizó Onetto.

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